El Día Mundial de la Tierra 2023 está signado por la preocupación. Desde varios sectores hay un fuerte llamado a promover acciones concretas para contrarrestar un contexto alarmante de sequía histórica.
Ante un panorama desalentador de emergencia hídrica y contratiempos económicos, existen muchas adversidades que padecen tanto Argentina como otros países de la región.
La fecha histórica que se conmemora cada 22 de abril lleva consigo luchas cívicas y esfuerzos de las naciones en un trabajo colectivo junto a organizaciones no gubernamentales con el objetivo crucial de retardar las consecuencias desencadenadas por la embestida del cambio climático.
El organismo Earthday impulsó el lema ‘invertir en nuestro planeta’ como iniciativa sin ánimo de lucro cuya misión es diversificar, educar y activar el movimiento ambiental en todo el mundo. “Este año, el objetivo es involucrar a más de 1.000 millones de personas, gobiernos, instituciones y empresas que participen para reconocer la responsabilidad colectiva y ayudar a acelerar la transición hacia una economía verde, equitativa y sustentable”, anuncia el sitio web de la entidad.
Las sequías pueden afectar áreas o comunidades de forma diversa dependiendo de distintas variables. La vulnerabilidad está en relación inversa al grado de desarrollo social y económico de las zonas afectadas.
Para los países más desarrollados rara vez representa una amenaza severa, porque disponen de los medios económicos, estructurales y no estructurales para afrontarla.
En esta línea, en el marco del Día Mundial de la Tierra 2023 la Organización de las Naciones Unidas posiciona a la sequía “entre una de las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los países en desarrollo, aunque bien es cierto que cada vez son más damnificadas las naciones ricas”. Según las previsiones de la ONU se estima que para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial.
En los países denominados como subdesarrollados, una sequía es sinónimo de hambre, desastre e incremento de la pobreza, obstáculos en los que los habitantes puedan tener elementos para hacerle frente a los estragos.