Las razones por las que República Dominicana se opone a la minería submarina

 Desde la semana pasada la nación participa en reuniones del Consejo y la Asamblea de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos


Relicanthus sp., una nueva especie de un nuevo orden de Cnidaria recolectada a 4,100 metros en la Zona de Fractura Clarion-Clipperton (CCZ) que vive en tallos de esponja adheridos a nódulos. (CRAIG SMITH Y DIVA AMON)

Los restos del famoso transatlántico Titanic están en el mar a 3,800 metros de profundidad. Así como genera interés bajar a la oscuridad del océano para verlos, hay uno importante entre países para descender hacia zonas remotas con el fin de explorar y comenzar a explotar los recursos mineros marinos en aguas internacionales, a más de 4,000 metros en gran parte desconocidos por el hombre.

Cobre, níquel y cobalto son de los minerales que se han detectado en las profundidades marinas, necesarios para la transición energética promovida a nivel mundial para migrar a energías más limpias.

Son 32 los permisos de exploración vigentes y lo que sigue es autorizar la primera explotación minera submarina. Pero, lograrla es complejo. República Dominicana es de los países que piden una moratoria o Pausa Precautoria para su inicio y entre los argumentos está la necesidad de investigar más sobre el impacto al medioambiente marino.

Desde el 10 y hasta el 28 de julio se celebran en Jamaica las reuniones del Consejo y la Asamblea de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), para autorizar o frenar el inicio de la controversial minería submarina.

La República Dominicana participa en estos encuentros, en los que se negocian normas y reglamentos. Por ejemplo, cómo se distribuirían las riquezas encontradas


Esa laguna legal, desencadenada en julio de 2021, implica que la ISA debía tener lista una regulación en dos años o considerar la aprobación "provisional" de las solicitudes de licencias de minería presentadas después de ese plazo.

"Esos dos años acaban de pasar", afirma el embajador Edward Pérez Reyes, representante permanente de la República Dominicana ante la ISA, una entidad adscrita a las Naciones Unidas, compuesta por 167 países y la Unión Europea. Esta organiza y controla las actividades en el fondo marino de aguas internacionales.

"Por eso nosotros tuvimos que reunirnos muchas veces en estos dos años para poder avanzar la regulación de la explotación, que es lo que queda por completar en el marco de nuestros trabajos", explica Pérez durante una videollamada con Diario Libre desde Kingston, cuando hizo una pausa en las reuniones vigentes.


La zona con el "tesoro"

El embajador Pérez indica que se ha explorado durante más de 10 años, sobre todo en una zona llamada Clarion-Clipperton, ubicada entre México y Hawái, en el océano Pacífico, de la que se sabe relativamente poco y es considerada Patrimonio de la Humanidad, por lo que nadie tiene su soberanía.

Allá, a 4,000 metros bajo la superficie marina, equivalentes a una medida superior a la altura del Pico Duarte, hay nódulos de manganeso, ricos en cobre, níquel y cobalto. Este yacimiento es considerado una de las mayores riquezas de minerales esenciales para fabricar teléfonos móviles, baterías para carros eléctricos y paneles solares, elementales en la transición energética.

Esta oscura zona tiene colinas y valles, montañas, cráteres y calderas. También un ecosistema diverso que no es conocido en su totalidad ni su dependencia de los minerales a extraer. Sectores que defienden el medioambiente temen que sea irreversiblemente afectado por la minería.

  • La explotación se haría mediante embarcaciones que bajarían robots para extraer los recursos del fondo marino y succionarlos como una especie de aspirador. Al ser una zona muy oscura, se usaría un sistema de iluminación. Quienes se oponen entienden que podría provocar daños irreversibles a la fauna adaptada a cero niveles de luz.


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