Nueva York. – La responsable municipal de Vivienda Pública en Nueva York, Jessica Katz, presentó este miércoles su dimisión, en medio de una grave crisis que atraviesa la ciudad por la llegada de 70.000 inmigrantes que se añaden a los miles de sintecho que viven en la ciudad y a los que por ley el Gobierno municipal debe dar cobijo.
La noticia de su dimisión comenzó a circular en varios medios hasta que la confirmó el propio alcalde Eric Adams: «Jessica trabajó a diario para garantizar que los neoyorquinos están en el centro de nuestras políticas de viviendas, sea un individuo sin techo, una familia viviendo en edificios públicos o un neoyorquino que lucha por quedarse en el barrio que quiere», dijo Adams a modo de despedida.
Ella misma no ha confirmado las razones de su partida, pero en New York Times alude a discrepancias con el alcalde sobre las competencias de su puesto y el hecho de que Adams no la apoyara en su pretensión de hacer más flexibles los criterios por los que una familia podía ser merecedora de vales de ayuda de alquiler.
En cualquier caso, su marcha se produce en un momento crítico: contando a los inmigrantes y a los vagabundos, la ciudad da alojamiento a 78.000 personas en albergues públicos, hoteles que la Alcaldía ha ido alquilando para dar cabida a los inmigrantes, casi todos latinoamericanos, y muchos de Venezuela, y finalmente en apartamentos gestionados por los servicios municipales.
Encargada de vivienda
La Alcaldía sostiene que ha gastado más de mil millones de dólares en este dispositivo de acogida y que esto ha dejado las arcas municipales exhaustas, mientras reclama ayuda del Gobierno federal que nunca llega, como reclama sin éxito una flexibilización de la normativa de trabajo para que los inmigrantes puedan entrar en el mercado laboral y dejar de depender de la beneficencia pública.
Ayer, el alcalde pidió al Tribunal Supremo de Manhattan que suspenda la ley, única en el país, que obliga a Nueva York a dar un techo a quien carezca de él, una norma creada hace ya 40 años y que ha servido de «imán» para atraer a una gran parte de la inmigración llegada desde toda Latinoamérica.